Ayer publicamos estas líneas en ZOOM. Los invito también a visitar la nueva edición.
Se acabaron las excusas. Finalmente tenemos fecha para elegir jefe de gobierno y legisladores porteños y, muy probablemente, esta noche en la Legislatura se apruebe la unificación para también elegir representantes para las comunas.
Se acelera la etapa final para construir una mayoría que pueda desalojar del poder a Mauricio Macri o a su continuidad, ya sea en versión victimización o en versión guasonesca. Y esta tarea depende exclusivamente de nosotros, del Frente para la Victoria.
Sin intención de menospreciar a nadie, creo que es la única fuerza política con capacidad de disputar con el macrismo en la capital, desde un proyecto nacional claro y nítido. Ya no hay lugar para camuflajes de todo los colores, para vecinalismos, pitonisas de menor cuantía, o promesas como el pinismo, ya que todos han devenido en simples comentaristas de los medios hegemónicos.
La potencia del proyecto nacional se demuestra hoy al tener tres posibles candidatos de la talla de Carlos Tomada, Daniel Filmus y Amado Boudou, más todo un arco progresista con firme voluntad de marchar todos juntos para derrotar al neoliberalismo retardatario de los ’90.
Por otro lado, un dato no menor para destacar hoy es la extendida militancia que se desparrama por toda la ciudad de Buenos Aires, para aportar al triunfo y garantizar los profundos cambios que debemos dar en la ciudad, para estar en sintonía con el proyecto nacional. Ninguna fuerza cuenta hoy con ese grado de movilización en la ciudad.
Esa militancia además tiene hoy el desafío histórico de poder involucrarse en las 15 comunas, que por primera vez serán elegidas por los vecinos. ¿Quién mejor conocedor del ciudadano de cada barrio que la militancia?
Será una formidable manera para que los militantes y cuadros de la política empiecen a ejercer poder territorial y a realizar el aprendizaje de lo que significa gestionar virtuales pequeños municipios de 200 mil habitantes. Por qué no, algún día el jefe gobierno de la ciudad llegue a ser un dirigente que empezó siendo jefe de su comuna.
Es hora de que la ciudad de Buenos Aires sume su potencial a los profundos cambios que se están dando en el plano nacional y regional. Vamos.
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